En la actualidad, uno de los principales retos en la Edificación es el de la reducción del consumo energético. Por ello, el recientemente aprobado Real Decreto 235/2013 de 5 abril, el cual deroga el anterior Real Decreto 47/2007, y que regula la certificación energética de los edificios, tanto nuevos, como existentes, es un punto clave para reducir el consumo energético del parque inmobiliario.
Entre las medidas de ahorro energético de la vivienda existen dos grupos claramente diferenciados:
–Medidas relativas a la envolvente y elementos constructivos, entre las que se encuentran mejoras en el aislamiento y puentes térmicos de la fachada, cubiertas y huecos, considerándose en estas últimas la sustitución de ventanas y vidrios.
-Medidas sobre los sistemas, refiriéndose a equipos de climatización (calefacción y refrigeración) y producción de agua caliente sanitaria. La elección de equipos técnicos más apropiada a las necesidades y su rendimiento es fundamental para un uso eficiente y racional de la energía.
Por ello son las mejoras en estos sistemas, de manera individual o combinada, las que pueden ayudar directamente a conseguir una buena Calificación Energética, y por lo tanto, reducir el consumo optimizando la demanda energética sin reducir el confort de nuestra vivienda.